Corsarios del Imperium

"Los almirantes de despacho de las academias te hacen creer que el combate en el espacio es un asunto predecible y limpio, como una partida de regicidio. 
Te enseñan que solo se debe abrir fuego contra el enemigo a cierta distancia, que necesitas una cantidad exacta de escoltas para enfrentarte a un crucero y un centenar de otras perlas de conocimiento heredado y desfasado. 
¿Qué sabrán ellos? Son académicos y expertos que nunca han sentido la emoción en sus venas al acercarse a un enemigo cuando su contención de plasma falla y se desangra en el vacío. ¿Cuántos de ellos se han acercado a distancias que harían farfullar de indignación a los 'expertos'? ¿Cuántos de ellos conocen el entusiasmo visceral de la matanza que es el combate espacial? 
He sentido el beso helado del vacío al resquebrajarse el casco de mi nave y he sobrevivido. He arrojado mi nave de guerra contra el enemigo como si fuera un torpedo y lo he aplastado. Y lo haré de nuevo, una y otra vez, hasta que el Emperador o el universo decidan que lo he hecho demasiadas veces"

 –Comerciante Independiente Lucien Gherrit del clan Arcadius, en el banquete de victoria en el Wotan tras la derrota de los traidores de la 88.ª flotilla.
 

Comerciantes Independiente

El Imperium es un territorio extenso y disperso que se extiende por casi toda la galaxia, infringiendo en las zonas más compactas del espacio xenos. El millón o más de mundos habitados que controla el Imperium son una mera fracción del total de la galaxia. Además, están las franjas exteriores y las zonas de halo, áreas remotas donde no llega la luz del Astronomicón y que solo cuentan con renegados o pioneros olvidados hace milenios como habitantes humanos. La mayoría de la galaxia no está explorada y es extremadamente peligrosa.

El potencial de nuevos mundos, civilizaciones alienígenas y recursos inimaginables impulsó la necesidad de una clase de agentes imperiales libres conocidos como Comerciantes Independientes. Licenciados y habitualmente equipados por el Adeptus Terra, los Comerciantes Independientes pueden explorar las regiones más lejanas de la galaxia, donde no alcanza el Astronomicón, y las zonas aún no visitadas dentro de su luz. 
Los Comerciantes Independientes han llegado a intentar cruzar el vacío del espacio interestelar, pero en distancias tan lejanas ni tan siquiera los poderes de comunicación de los astrópatas son suficientes, por lo que se desconoce el éxito de esas misiones. Al operar sin el apoyo de la autoridad central del Imperium, los Comerciantes Independientes deben decidir cómo reaccionar a las culturas alienígenas, a los nuevos descubrimientos y a las amenazas. Si consideran que una raza es potencialmente peligrosa, pueden intentar destruirla o reunir información para que otros lo hagan. 
Si deciden que una raza puede ser útil para la humanidad, pueden intentar contactar con ella y establecer una relación. Si solo son ricos en tecnología o minerales, pueden saquear el planeta y volver a Terra cargados con los tesoros del espacio: artefactos xenos, minerales raros y preciosos y tecnología nunca antes vista. 

Ni que decir tiene que todo Comerciante Independiente necesita una gran cantidad de recursos en naves, tropas y otro personal para completar su misión. Esta responsabilidad puede extenderse a decenas de naves, típicamente de carga, con un pequeño ejército, toda una tripulación de técnicos y pioneros voluntarios para establecer colonias en nuevos mundos. Lo más importante, sin embargo, son las tropas de asalto, pues son las encargadas de lidiar con las amenazas. 

Los Comerciantes Independientes tienen reputación de marginados, y la Eclesiarquía recomienda mantenerse a una distancia prudencial de muchos de ellos. Al operar más allá de la ley imperial, ellos mismos son la ley. Algunos son personas muy religiosas que quieren llevar la luz del Emperador a las fronteras de Su territorio, pero otros no son más que piratas y canallas glorificados.
Muchos Comerciantes Independientes rebosan confianza y son muy carismáticos, encantadores y traviesos, diplomáticos habilidosos (embaucadores, incluso) y guerreros veteranos si la situación lo exige. Suelen reunir un séquito de seguidores y compañeros, que puede contener soldados xenos, mutantes y otros indeseables. 
A un gran número de Inquisidores les gustaría dedicarse a buscar herejes entre los Comerciantes Independientes. Muchos Comerciantes Independientes tienen personalidades muy inestables: algunos destruyen mundos por capricho o experimentan con especies alienígenas por una curiosidad macabra. 

Los Comerciantes Independientes suelen volver al espacio imperial una vez cada varias décadas para descargar sus riquezas exóticas y reabastecerse, reclutar y descansar hasta su próxima incursión a la oscuridad. Durante esos períodos, pueden encontrar problemas con el Adeptus Terra o la Inquisición. 
Los Comerciantes Independientes tienen un gran poder y es fácil olvidar que, cuando vuelven al Imperium, ya no gozan de libertad total. Una actitud inapropiada atrae la atención de las autoridades. 
Muchos creen que el Imperium no debería poder ejercer su autoridad sobre ellos. Como viajan por estrellas desconocidas e interactúan con todo tipo de culturas, se les considera susceptibles a todo tipo de herejías, desde filosofías erráticas a la infección por criaturas alienígenas o posesión a manos de seres de disformidad que viven en la oscuridad cósmica. 
Todos estos factores pueden llevar a un enfrentamiento violento, especialmente si el Comerciante Independiente en cuestión cuenta con saber o artefactos codiciados. 

La Patente de Comercio  

Dada su extensión inmensa, el Imperium carece de fronteras definidas y está más delimitado por las rutas de la disformidad que conectan sectores individuales. 
En las fronteras de la galaxia, las poblaciones de mundos aislados e ignorados interactúan con las culturas xenos, comercian con ellas y se alían contra enemigos comunes. No obstante, en su mayoría, la humanidad teme y desconfía de las culturas alienígenas y no imperiales, gracias a la doctrina de que la raza humana cuenta con un destino manifiesto de gobernar las estrellas y que el contacto con otros puede conllevar desde la corrupción moral hasta la devastación total de su mundo. 
Por eso, el contacto con las culturas proscritas está prohibido por un decreto ancestral y solo se puede realizar con el permiso expreso de los Altos Señores de Terra y sus sirvientes. 

A pesar de esta ley, los Altos Señores de Terra reconocieron hace mucho el valor de expandir los dominios de la humanidad. La Patente de Comercio entregada a todos los Comerciantes Independientes no solo concede permiso para viajar más allá de las fronteras imperiales, sino también para tratar con lo que encuentren en sus viajes con toda la autoridad del Senatorum Imperialis. 
La Patente también eleva a su recipiente al rango más elevado de entre los sirvientes, colocándolo a la altura de los comandantes imperiales, los Inquisidores y los Señores del Capítulo de los Marines Espaciales. Cuentan con la autoridad para tratar a estas distinguidas posiciones como iguales y para solicitar su apoyo, aunque deben negociarlo. 
Sin embargo, no es hasta abandonar las fronteras del Imperium cuando los inmensos privilegios de la Patente de Comercio alcanza su máxima extensión. Dentro de los dominios de la humanidad, deben respetar las estructuras de poder establecidas, pero, fuera de ellos, los Comerciantes Independientes crean sus propios sistemas. 
Así, se dice que los Comerciantes Independientes hablan con la autoridad del mismísimo Emperador más allá de las fronteras. Y lo que es más: la Patente les otorga también derecho a conquistar cualquier mundo y obtener cualquier privilegio que deseen. 

Muchos Comerciantes Independientes usan la Patente para conquistar o colonizar planetas recién descubiertos, adoptando la función de los comandantes imperiales y expandiendo las fronteras del Imperium. 
Otros prefieren usar la Patente para obtener derechos de comercio exclusivos con las culturas recién descubiertas y hacerse inmensamente ricos.
Pero, además de la riqueza, un gran número de Comerciantes Independientes buscan la fama y la gloria del éxito. Pocas personas del 41.º milenio pueden soñar con que su nombre se conozca más allá de su planeta natal ni que se recuerde tras su muerte. Para muchos, la mayor recompensa es la oportunidad de establecer un linaje como progenitores; una casa noble que perdure en el tiempo.